Suena retorcido, pero quién no ha deseado alguna vez en que el mundo termine. Desde hace unos milenios que ya no tenemos la figura del Dios despiadado, vengador, adicto al sufrimiento y la agonía de los humanos. En los últimos años solo nos preocupamos de la forma, hemos dejado estar el fondo en los pensamientos. La misma idea dependiendo de quien la exprese puede ser repudiada o alzada.
Un arca para salvarnos cuando se hunde la sociedad iría bien. Que no sucediera lo mismo que en la Atlántida, pero al elegir dos animales de cada especie se habría de descartar al humano que tuviera relación con algo de la política. Esta decisión sería correcta y al mismo tiempo errónea.
Una vez salvados del caos que nos acompañaría se necesitaría a alguien que llevara la voz cantante. ¿Cuánto tiempo tardaría en aceptar un soborno? Por suerte las élites no serán las únicas en salvarse, necesitarán a sus criados.
El mundo se acerca a su final y lo único que sabemos hacer es buscar un sofá, un enchufe y conexión a internet para nuestros dispositivos.
Lo bueno de esta sociedad es que no nos sorprenderemos al ver el derrumbe.
Nota: dos animales de cada especie, todo y ser macho y hembra no sirven para la continuidad de dicha especie.
Autor: Aïda M. Loizu
Tal como van las cosas a veces puede parecer la única solución que la especie humana desaparezca, seguramente lleguemos a eso mas pronto que tarde, pero me gustaría pensar que somos mínimamente racionales como para evitarlo y autocontrolarnos sin que haga falta una mano superior. Estoy de acuerdo contigo en que estamos en Matrix, conectados a dispositivos que se alimentan de nosotros a cambio de un poco de felicidad en lata. SOMA. Yo por mi parte me estoy desconectando y me doy cuenta que sin Matrix no puedo volar ni dar saltos increíbles, pero soy más feliz.
Durante el verano me desconectaré de la red. Ya he equipado el ebook con Verne y Poe.
Son buena compañía, pásalo bien 🙂
Muchos somos de pensamiento catastrófico. Pensamos y esperamos que el mundo llegue a su fin durante nuestra existencia.
Gracias por recordarme esto, usaré algo para un escrito mío más adelante.
Es un relato magnífico, Aida. De alguna manera, el fin del mundo es todos los días…
La apocalipsis que yo contaría en un quintal de páginas tu lo expresas en una respiración.
Por supuesto si tú estás conectada yo estoy al otro lado.