Y esto es lo más sincero que puedo decirte a ti también

Di que te gusta
Tiempo de lectura:4 Minutos, 27 Segundos
A  mi yo suicida le diría:
-Que no es culpa suya no haber aprendido a amarse. Que no se preocupe, porque llegará un día en que va a ser capaz de quererse por fin. 
Le diría que, honestamente, no sé si el amor propio te lo pueden enseñar desde fuera o sólo lo aprende uno con el paso de la vida. Pero lo que sí sé es que mi yo suicida no ha tenido referencias de amor desde que era pequeño, así que tendrá que averiguar por sí mismo qué es el amor incondicional. 
Le diría que no se preocupe, que es capaz de quererse, ¡por supuesto que lo es, no importa lo que le haya pasado! 
No te preocupes, porque serás capaz de amarte mientras estás queriendo cambiar algún aspecto de ti mismo, mientras te ves claramente imperfecto. Serás capaz de amarte y de mirarte con ternura y paciencia en la transformación. Serás capaz de amarte cuando sientas que es muy difícil que te perdones algo que hiciste. Serás capaz de amarte cuando no estés de acuerdo contigo mismo, incluso cuando estés muy enfadado contigo mismo. 
Aprenderás a amarte, amor mío. En el camino tendrás múltiples ocasiones de pararte y elegir el amor hacia ti y hacia otros. Hay personas que te van a ayudar de mil maneras, tanto conocidas como desconocidas que te cruzarás. 
Por favor, sé amable contigo si no estás pudiendo amarte todavía. Te prometo que lo conseguirás, y además ya sabes que amar no tiene nada que ver con el orgullo, con ser algo, con llegar lejos ni con dejar atrás a los demás para ponerte delante, por mucho que se oiga y se diga que “amor propio” consiste en esas cosas.
-Le diría que el hecho de que quiera acabar con su vida es la prueba de que aún no se ama. Y sé que me contradecirá, porque me dirá: “por mi bien, quiero que todo acabe”. Pero amor mío, tú quieres que acabe tu sufrimiento, no tu vida. Estás confundido. Lo que tú quieres es sonreír, respirar, vivir sin sufrir de la manera en que ahora sufres. Si terminas con tu vida ahora, ya no vivirás.
-A mí yo suicida le diría que él es necesario. Porque, si decide quedarse, en el transcurso de su vida va a aprender muchas cosas sobre aliviar sufrimiento, y podrá transmitirlas. Y así tal vez, sólo tal vez, el mundo sufra menos y todo habrá merecido la pena.
Vas a aprender que cuando dejas hablar al alma que te habita, el alma en otro responde inmediatamente. Vas a aprender que puedes elegir lo que quieres creer. Y lo que creerás es que no tienes un alma: ERES un alma, lo que tienes es un cuerpo. 
-A mi yo suicida, al amor mío en esta vida que aún no sabe que es amado, le diría que no se crea todo lo que piensa.
 No te creas todo lo que piensas. Aprenderás a normalizar que tus pensamientos son erróneos por el puro sesgo mental que es la mera naturaleza de tu inteligencia. Si te quedas, vas a aprender que aún así tu inteligencia es una herramienta maravillosa. Y ¿sabes? Vas a hacerte un experto en manejarla. Vas a lograr hacer de tus propios pensamientos un constructo que te ame y proteja desde dentro, no un arma que te ciegue, te aísle y te dañe. 
-A mi yo suicida le diría que todos los caballos desbocados que siente que no puede controlar son uno solo: su máquina de pensar.
-Eres terriblemente necesario, porque sabes de dolor. Si te vas, nunca sabrás hasta qué punto. 
Te prometo que el sufrimiento no es eterno, y que las razones que te afirman en tierra son mucho más grandes, mucho más fuertes que tu propio dolor. Si te quedas, aprenderás a considerar las dimensiones del dolor en otros ojos también; aprenderás a ver cuán grande puede ser el dolor de los demás, porque lo verás en sus ojos. Y querrás hacer algo al respecto, porque sabes lo que es sentir un gran dolor. Todos, casi todos los humanos lo sabemos, pero no todos los humanos han levantado los ojos porque el dolor tiene esa característica: si te enfocas solo en el tuyo, no verás más allá de ti mismo.
-Eres necesario como yo lo soy ahora al decirte estas palabras que traspasan la frontera del papel. Toda comunicación de alma a alma es auténtica. Y si yo estoy aquí ahora es porque tú no te has ido. Yo no podría tenderte la mano ahora para que te levantaras si hubieras borrado quién soy, quien he sido en tu presente. De la misma manera que tú podrás tenderle la mano a una persona que se ha caído, que cree que quiere morir -conocida o desconocida, porque al alma no le importa no saber de los sujetos-, porque has decidido quedarte. Porque todos tenemos derecho a vivir sin tanto dolor, y cuando veas ese derecho y esa posibilidad en ti, verás ese derecho y esa posibilidad en todos.
-Estate orgulloso, levanta la cabeza. Abraza y respeta tus cicatrices. Aparta de la vista todos los ideales y expectativas que ahora te distraen; descansa, sigue andando, párate, gatea, haz lo que quieras pero quédate. Lo haces muy bien, y lo harás todavía mejor, solo por seguir aquí. 

Autor: Reyes

Sobre el autor

Reyes

Reyes
Author: Reyes

6 comentarios en “Y esto es lo más sincero que puedo decirte a ti también”

  1. Podría interpretrarse como una confesión; no obstante, al continuar leyendo, aparenta más como un reprimenda.
    Pero, avanzando, es posible captar, una serie de consejos para lograr un pasar que aspira a un futuro favorable.
    Así lo pienso y así lo comparto.
    Shalom, colega de la pluma

  2. Ya echaba de menos estas píldoras de realidad concentrada tuyas Reyes. Me gusta como bajas a los abismos para ir luego insuflando flotadores positivos que ayudan a sacar la cabeza y respirar. Espero que esté todo bien, nunca sé como tomarme tus prolongados silencios 🙂

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *