Esta novela, como si se tratara de un ofidio, tiene un recorrido serpenteante. Aunque comienza en el año del último entierro del protagonista, a través de sus capítulos va y viene sinuosa por distintas décadas, y en ese discurrir vamos conociendo su asesinato, su vida y las de algunos de los que le rodearon.
Pero ¿quien le mató?, ¿fue realmente el maquis? Porque en esa época, sólo tres años después de terminar la guerra civil española, al amparo del nombre de esa organización, algunas personas que pertenecían al bando ganador aprovecharon para cometer fechorías y quedar impunes. Con un final que no dejará indiferente a ningún lector, sus páginas nos llevan a El Escorial, al Madrid de los años 20, a las extensas fincas extremeñas, y otros muchos otros lugares de la geografía española, con una destreza estilística que nos atrapa desde las primeras líneas.
