Camino por la calle mientras, rítmicamente, chasqueo los dedos. El cielo es azul, el aire huele a primavera, a flores y a ropa limpia colgada de los balcones. La vida me sonríe. Pongo un pie delante del otro, mantengo el equilibrio por el borde de la calzada como un chico al que le acaban de dar vacaciones. Me giro en danza alegre rendido ante esa joven y desenfadada minifalda. El sol calienta mi piel, el aire aplaca el ardor. Nada poseo y lo tengo todo, porque nada necesito.
Suena música, quizás solo en mi cabeza, instrumentos que acompañan una melodía que sincopa con los latidos de mi corazón. La música es todo; en este momento soy yo, caminando sin prisa, sin destino, fundido con la gente que me rodea, con el tiempo que transcurre a su merced. La música es el aire que respiro, la banda sonora de mi vida en este preciso momento. Chasqueo los dedos, camino, respiro, vivo.
