Mommy always says I’m her sweetie pie. Daddy goes knock-knock on the door before coming in. So it wasn’t Mommy or Daddy.
Before the door opened, a breeze came from down there. My feet were like chocolate ice creams. I didn’t want to touch my little nose because it might fall off. Daddy usually takes it, but that night, he left it just for me.
I knew it wasn’t Daddy because he was shouting in his room, and there were loud sounds, like when I accidentally dropped the kitchen plate and hurt my little toe, and Mommy put a band-aid on it. This time, it must have been a lot of plates making noise.
Mommy didn’t scream. She must have been sleeping, I think. I didn’t listen to Mommy, only to Daddy.
My bedroom door makes a noise when they try to open it. The light outside was on. When I saw the shadow, I activated my shield. If I’m under the bedsheet, the monsters can’t attack me. I hugged Shao Mei, because my bear must be scared, and I must be brave for both of us.
«Calm down Shao Mei, the monster can’t see us here.»
But I didn’t know that he could hear me.
My daddy is a superhero police guy. Yesterday, I played asleep, and I overheard him telling mommy we’re gonna go to a new place. I didn’t want to go ‘cause I like my friends now. They’re good, even if some of them are kinda silly, but not too much.
When the big, scary monster took away my shield, my heart went thumpity, thump, like really fast!
I went, «Mommy! Daddy!!» really, really loud!
The monster went, «Hee-hee-hee!»
He pulled me out of bed. He was super mean to me. It hurt my little arm, and I dropped Shao Mei. He made me run out of my room.
«Shao Mei! I want my panda bear! She’s scared and doesn’t know how to walk!»
I loved my panda bear because she’s smaller than me. Mom gave it to me on my birthday and said I should take care of her, feed her so she’ll grow healthy and strong. Mom said her relatives were from China, and they couldn’t visit her. I have my parents, and Shao Mei has me. But now, she was left alone on the ground. It made me sad, and I started to cry. Not because I was scared, but because I lost Shao Mei. I had to be brave for both of us because Mommy gave me my panda bear to take care of her.
The big, mean monster was shouting at me, trying to make me be quiet.
«I want Shao Mei!»
But the monster kept on yelling at me, telling me to be quiet.
«Nope! I want Shao Mei!”
Then the monster tried to give me a piece of candy.
“My mom told me not to accept candy from strangers, and that include monsters.”
The monster said something about my mommy that I didn’t get, then he asked me who Shao Mei was.
“It’s my panda bear. You threw her on the floor.»
The monster told me that he’d give me Shao Mei only if we both stayed quiet. I had to say that we would because I loved her. Mr. Monster said we’d come back for my panda bear only if I stopped crying. I nodded yes to him.
When we came back, he turned on the light in my room and asked me where she was. I pointed to the floor, and he picked her up and gave her to me, telling me to be quiet. Then, a noise of someone entering the house was heard. I heard someone scream.
«Police, let’s go in!»
«Daddy!»
And I ran out of my room before the monster could grab me. I heard a lot of noise and ran to my parents’ room.
«Don’t be afraid Shao Mei. I came back for you.»
The monster screamed, and I heard “bang-bang”.
I heard someone yell that everything was fine, that it was the police.
“My daddy is a policeman.”
A man came in, I ran to him and hugged him, thinking he was my daddy, but he wasn’t. My daddy was sleeping on the floor in red paint.
«Mr. Police. My daddy is going to need a very big Band-Aid.»
Autor: Alex Pallares
Mami siempre me llama «ternurita» y me dice que vaya a dormir. Papi toca la puerta antes de entrar. Así que no era ninguno de los dos.
Antes de que la puerta se abriera un viento entró por debajo. Mis pies parecían un par de helados de chocolate. Temía tocarme la naricita porque se me podía caer. Papi siempre me la roba, pero esa noche me la había dejado.
Sabía que no era papi, porque papi estaba gritando y se escucharon ruidos, como cuando dejé caer el plato de la cocina por accidente y me corté el dedito del pie y mami me puso una curita para la herida. Sólo que debieron haberse caído muchos platos esta vez.
Mami no gritó. Debía estar durmiendo, eso es. No había escuchado a mami, pero si a papi.
La puerta de mi cuarto hace un ruido cuando tratan de abrirla. La luz de afuera estaba prendida. Cuando vi la sombra activé mi escudo. Porque si estoy debajo de las sábanas los monstruos no me pueden atacar. Abracé a Shao Mei, porque mi osita debía estar asustada y yo debía ser valiente por las dos.
“Tranquila Shao Mei, el monstruo no nos puede ver aquí.”
Pero no sabía que sí me podía escuchar.
Papi es policía. El otro día me hice la dormida y lo escuché hablar con mi mami de que nos íbamos a mudar. Yo no me quería mudar porque no quería hacer nuevos amiguitos, estaban bien los que tenía ahora, aunque algunos de esos niñitos eran muy bobos, pero no tanto. Cuando me puse a llorar ellos me dijeron algo acerca del trabajo de papi y como sería lo mejor. Papi y mami me abrazaron y se pusieron a llorar conmigo esa noche.
Cuando el monstruo arrancó mi escudo, mi corazón hacía tún, tún.
“¡Mami! ¡Papi!”
Grité. Grité muy fuerte.
El monstruo se echó a reír.
Me sacó de la cama. Fue muy grosero conmigo. Me lastimó el bracito y dejé caer a Shao Mei. Me llevo corriendo fuera de mi habitación.
“¡Shao Mei. Quiero a mi osita. Tiene miedo y no sabe caminar!”
Yo quería a mi osita panda, porque ella es más pequeña que yo. Mami me la había dado en mi cumpleaños. me había dicho que la debía cuidar, darle de comer para que creciera sana y fuerte. Que sus familiares eran de allá de la china de los chinitos y no la podían visitar. Yo tenía a papi y a mami y Shao Mei me tenía a mí. Se había quedado en el suelo solita. Me dio tristeza y me puse a llorar. No porque tuviera miedo sino porque había perdido a Shao Mei. Porque yo debía ser valiente por las dos, porque mi mami me había dado a mi osita panda para cuidarla.
El monstruo me gritaba para que me quedara callada.
“Quiero a Shao Mei.”
Pero el monstruo me seguía gritando que hiciera silencio.
“¡No! ¡Quiero a Shao Mei!”
Entonces el monstruo trató de darme un dulce.
“Papi me dijo que no aceptara dulces de extraños.”
El monstruo dijo algo de papi que no entendí, luego me preguntó “quién era Chao Mei».
“Es mi osita panda. La tiraste al piso.”
El monstruo me dijo que me daría a Shao Mei sólo si me quedaba callada. Tuve que decir que sí, porque la quería. El señor monstruo muy amable me dijo que volveríamos por mi osita panda, que dejara de llorar. Yo le hice que sí con la cabeza.
Al volver encendió la luz de mi habitación y me preguntó dónde estaba. Señalé en el piso y él la recogió y me la dio y me dijo que debía hacer silencio. Después se escuchó un ruido de alguien entrando a la casa. Yo escuché a alguien gritar.
“¡Policía, vamos a entrar!”
“¡Papi!”
Y salí corriendo fuera de mi habitación antes de que el monstruo pudiera agarrarme. Escuché mucho ruido y corrí a la habitación de papi y mami.
“No tengas miedo Shao Mei. Volví por ti. Nunca te voy a dejar. Nunca te volveré a dejar solita. ¿Tenías mucho miedo?”
El monstruo gritó y se escucharon unos tambores. Escuché a alguien gritar que todo estaba bien, que era la policía.
Papi es policía.
El señor policía entró, corrí a él y lo abracé pensando que era papi, pero no era él. Papi estaba durmiendo en el piso sobre pintura roja.
“Señor policía. Papi va a necesitar una curita muy grande.”
Autor: Alex Pallares
Qué historia tan terrible, Alex. Pobre niñita. Menos mal que se salvó…
Para mi gusto está muy bien narrado. Qué bueno que te hayas lanzado con el inglés.
Gracias Darling.
Tantos monstruos tan humanos y tan horribles… Cuanto más humanos los monstruos más miedo me dan.