Frente a mi hay un paisaje idílico, me ha costado llegar, pero merece la pena. Los picos recortan el horizonte hiriendo el cielo con sus afiladas copas nevadas, rasgando sus riscos las nubes que se deslizan con indolente levedad hacia los valles. Abajo, entre el mar de espuma vaporosa asoman aquí y allá cultivos verdes ordenados por manos humanas, ríos y bosques desordenados por la acción divina. El sol se esconde tímido en la distancia ante la voluptuosa luna que asoma llena y provocadora. Anochece. La paz me invade en esta cima conquistada. Otra más, de nuevo en soledad.
¿Cuánta gente hay en el mundo? es una pregunta retórica porque estos cálculos los hice ya de forma recurrente tiempo atrás; 7.888 miles de millones de personas de las que 3.979 miles de millones son mujeres y 339 millones de ellas están en un arco de edad de diez años arriba o abajo sobre la mía.
Compatibilidad. Accesibilidad. Coincidencia. Empatía. Espacio y tiempo.
Estos son los operadores con los que juego para despejar una incógnita que se hace traviesa, inquieta e inaccesible.
¿Cuántas de ellas se sentirían atraídas por un hombre? ¿Cuántas por mi? ¿Cuántas me parecerán atractivas? ¿Cuántas casadas, comprometidas? Finalmente ¿Cuál había subido conmigo aquí y se sentaría ahora a mi lado a ver este paisaje en silencio? ¿Tú? y ¿Dónde estás?
Autor: Ignacio Chavarría
Qué bonito, Nacho!!!
No me imaginaba que siguiera ese camino!
Si, el título sonaba un poco a misa de domingo jajaja. Gracias Reyes.
La búsqueda de lo idílico, y a veces incluso de lo imposible, tiene una carga romántica siempre enorme diría yo.
Precioso relato Nacho, saludos grandes…
Gracias Martín, si a veces pasamos la vida buscando lo imposible y luego nos pasa por delante y no lo vemos. Me fascinan esas parejas que encuentran la aguja en el pajar… Seguramente es porque se sientan encima