(El cuento del niño llorón, andrajoso y solitario). «Qué pintas llevas siempre», me recriminaba la sargenta. Y es verdad que las llevaba. Puro andrajo que contribuía a esconder mi cuerpo […]
Seguir leyendoTreinta y ocho años de esclavitud
Dicen que los últimos son los peores, cuando más te cuesta aguantar, resistir hasta el fin de cada día. Casi cuarenta años de condena implícita en el simple hecho de […]
Seguir leyendoSaltos
Diez años de servicio me han enseñado a respetar la mayoría de opiniones que no comparto en todo lo referente a «lo espiritual». He aprendido a callar y a no […]
Seguir leyendoSupercuerdas, crueldad y mal de ojo
Durante mis primeros años de servicio solían contactarme personas cercanas. Nunca estuvo en mis planes hacerme conocido, así que simplemente dejaba que todo fluyera Dios mediante. Magda Llopis me llamó […]
Seguir leyendo